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El comienzo del viaje
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Un viajero se embarcó en una travesía con el fin de encontrar un objeto perdido, un objeto que muchos consideraban solo un mito. Su viaje lo llevó a recorrer los caminos de Morkautz, enfrentando duras amenazas por parte de bandidos y mercenarios, así como luchas que lo pusieron a prueba en múltiples ocasiones. No obstante, su mayor amenaza podría ser el clan de brujos de Ismord, a quienes encontró al final de este arduo camino.
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2. |
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El protagonista tuvo que recorrer las ruinas de Ismord, atravesando la guarida del clan de brujos, un lugar repleto de trampas mágicas y lobos de Ulyen. Llegó un momento en el que su fuerza parecía desmoronarse, pues los hechiceros estaban usando su magia en él. Por suerte, el viajero recordó las enseñanzas de su maestro. En medio de sus recuerdos, encontró un poderoso hechizo de protección. Recitando aquellas palabras, recuperó sus fuerzas y pudo continuar caminando por un empedrado trayecto que lo llevó hasta la salida.
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3. |
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El viajero llegó al bosque sagrado de Aishahin, un hermoso lugar que solía ser frecuentado por chamanes de todas partes. Este rincón de paz le proporcionó un descanso momentáneo en su viaje. Decidió rezar a los dioses pidiendo su protección.
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4. |
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El viajero llegó hasta el Valle de Helfegor, un lugar donde no penetraba la luz del sol y estaba habitado por las fuerzas espectrales del rey vampiro Vanglar. Era un bosque habitado por miles de demonios, y el aventurero debía recorrerlo, ya que en él se ocultaba un antiguo secreto que le guiaría hasta su gran objetivo. Así, recorrió sigilosamente esas tierras inhóspitas.
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En lo profundo de Helfegor, encontró la entrada a una cueva. Esa solitaria gruta era el lugar que venía buscando, y su entrada estaba cubierta de símbolos mágicos. Evidentemente, esos signos escondían todo tipo de enigmas.
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6. |
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El viaje se convirtió en una investigación de secretos mágicos que lo llevaban a indagar una oscura cueva. Esperaba encontrar un secreto mágico perdido, un conocimiento olvidado entre las sombras del tiempo, una magia desterrada de los pergaminos históricos. Sin embargo, debía encontrar esa verdad oculta más allá de la verdad, guiado por los recuerdos de su sabio maestro. Al final, encontró un extraño mapa plasmado en las paredes, y posteriormente, una entrada se abrió ante sus ojos, dejándolo al sur de Helfegor.
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7. |
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Es buscando aquellos senderos deshabitados que el viajero encuentra rincones de paz, es dejando de el bullicio de las masas y escuchando a los sabios en silencio que aquel hombre ha de tomar sus decisiones.
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Saliendo de la cueva, el viajero encontró senderos deshabitados atravesados por bosques poco frondosos y bellas praderas. En aquellos senderos, descubrió santuarios de los elfos del sol, los cuales estaban llenos de símbolos élficos con poderes curativos. La magia de los elfos sanó las heridas del aventurero, y entre los vientos, creyó escuchar una voz espectral que lo guió hacia una fuente de agua cristalina, un lugar donde pudo acampar y tomar un merecido descanso.
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El protagonista logró llegar a la inmensa estepa, que parecía interminable y totalmente desolada. El viajero sentía como si no fuera a llegar a ninguna parte, hasta que vio las ruinas medio inundadas de una ciudad. Supo que había llegado a la ciudad olvidada de Al-Fardarian. Parecía que las aguas habían devorado esas ruinas, ya que varias partes del pueblo estaban sumergidas en un lago. Al atravesar las ruinas, solo faltaba recorrer el desierto de Beshtara.
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El viajero erró varias semanas por el desierto, caminando entre las sombras de inmensas rocas, golpeado por fuertes vientos arenosos y amenazado por buitres gigantes que vivían en las rocas. A pesar de todo, logró llegar a su destino final: las ruinas de la ciudad perdida de Hashtak. En medio del silencio, el explorador percibió algo invisible, el aura de una misteriosa fuerza mágica que recorría la ciudad. A pesar de esto, debía entrar en ese lugar y recorrer esa tierra olvidada por los hombres.
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11. |
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El aventurero entró en la ciudad de Hashtak, y repentinamente comenzaron a aparecer sombras humanoides en los muros. Una legión de guerreros espectrales salió de entre las sombras. El protagonista tenía que enfrentar a los espectros del desierto, esa era la prueba final de su recorrido. En un momento, recordó las enseñanzas de su sabio maestro y supo que la respuesta no era la fuerza, sino la tranquilidad. Cerró los ojos y caminó lentamente entre los espectros, quienes se desvanecieron, dejándole una gema misteriosa.
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La joya resultó ser la llave de un antiguo santuario, un lugar majestuoso en la cima de la ciudad. En ese sitio, logró encontrar el antiguo grimorio de Ham-burkrat. Después, se sentó a reflexionar sobre las travesías que había tenido y finalmente agradeció a los Dioses y a su maestro, el hechicero Mushkan, quien le enseñó todos sus secretos. Con esto, terminó la travesía de Hornaek.
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Alven Bogotá, Colombia
This is a musical project of Dungeon synth, its sound has been evolving towards a narrative conception of music, which seeks to replace the poetic structure of music with a narrative structure, integrating music with literature.
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